miércoles, 9 de agosto de 2017

Reseña: Sueños, Robert L. Anderson.




Título: Sueños.
Autor: Robert L. Anderson.
Saga: Autoconclusivo.
Editorial: Oz Editorial.
Páginas: 344.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Adaptación Cinematográfica: No. ¡Ojalá!
Sinopsis:      ¿QUÉ ES SUEÑO?
                 ¿QUÉ ES REALIDAD?

Dea esconde un gran secreto: puede viajar y adentrarse en los sueños de la gente. Pero en el mundo de los sueños existen tres reglas:
1. No debes interferir.
2. No puedes entrar más de una vez en los sueños de la misma persona.
3. Nunca, jamás, debes dejarte ver.

Si no las cumples, los monstruos irán a por ti.
Dea siempre ha cumplido estas normas. Hasta que aparece Connor, un enigmático chico por el que está dispuesta a saltarse todas las reglas. Pero desobedecer tiene sus consecuencias. Aunque lo hagas por amor.


Bien... Va a ser duro tener que escribir esta reseña, pero...
No sé cómo sentirme con respecto a este libro. Bueno, a decir verdad sí que lo sé, me siento mal. ¡Me estaba gustando tanto, pero tanto! Hacía tiempo que no me enganchaba tanto a un libro. Me levantaba con ganas de leer, me pasaba la tarde leyendo y cuando iba siendo de noche, no podía esperar a tumbarme en la cama y poder seguir leyendo. Y de repente...


The horror...
Las cosas comenzaron a empeorar y empeorar hasta el final, que tampoco lo mejoró. Pero hablaremos de eso al final, como debe ser. Tan solo dejadme un momento, ¿vale?


Bien, empecemos.
Era un día soleado, una mañana de un 24 de diciembre. La madre de Nadine decidió acercarse a sus aposentos para preguntarle si le apetecería acompañarla en su gran viaje al Corte Inglés, donde podría visitar la sección de libros.
Nadine miró a la nada, dubitativa. Quizá ese día, merodeando por las estanterías de la sección de libros, podría encontrar algo que llamase su atención, pero, por otra parte, ¿realmente tenía ganas de levantarse de la cama? No. La respuesta siempre solía ser no. Pero aquel día era diferente, lo notaba en el ambiente. Su madre estaba más irascible que nunca. Su madre estaba más radiante que nunca, y decidió no decepcionarla.
"Además, con suerte, al papá noel que suele pasearse por los pasillos del lugar se le cae la bolsa de los caramelos y puedo atrapar alguno", pensó, esperanzada, con un nuevo brillo en sus ojos.


Así que asintió.
Nadine miró a su madre y le explicó que se levantaría de la cama en diez minutos. A continuación, le aclaró que no aceptaría queja alguna, que la esperase en el pasillo sin rechistar.
Su madre no dijo nada, señal de que lo había entendido. A continuación, colocó una almohada suavemente sobre el rostro de Nadine y eJERCIÓ FUERZA Y MÁS FUERZA HASTA QUE CASI ACABA CON LA VIDA DE NADINE: ESPERÓ A SENTIR SU ÚLTIMO ALIENTO, SINTIENDO CÓMO NADINE NO PODÍA HACER NADA AL RESPECTO POR MUCHO QUE PATALEASE E HICIERA LO POSIBLE POR ESCAPAR.
Pero como se supone que esta es una versión que debe ser más educativa por los posibles jóvenes lectores, lo resumiremos en una larga y fulminante mirada. Solo eso.


Una larga y horrible mirada, pudiéndose observar la furia y el veneno en sus ojos, lAS GANAS DE COGER UNA ALMOHADA Y
Rogamos que nos disculpen, el suceso de la almohada nunca pasó, si no, ¿quién estaría escribiendo ahora? Jaja. Jaj. Ja. J.


¡Venga, que solo estoy de coña!
Nadine nunca ha existido.
Para ser honestos, fue algo más como esto:


Y tras esto sucedió el incidente de la almohada.
Así pues, Nadine decidió por voluntad propia levantarse y dirigirse al baño a poder ducharse y cambiarse, no sin antes dirigirse una mirada al espejo intentando convencerse de que tenía una gran autoestima.


"¿Dónde está mi chica? ¡Ahí estáaaa!", se decía a sí misma, llorando por dentro.
Horas más tarde, llegaron al Corte Inglés. Su madre pensó que quizá era mejor si se dirigían primero a la parte de ropa, a probarse nuevas prendas y quizá comprar algo para reyes.


Pero Nadine ya hacía rato que se había ido, directa a la sección de libros.
Una vez allí, decidió compartir ese gran hobbie suyo de observar estanterías de librerías y llorar por no tener suficiente dinero con un poco de música.

En efecto, algunos la miraban raro. ¿Quién demonios baila en una librería, para empezar?
Y, casi como si le estuviera llamando a gritos, como si hubiera un imán invisible entre ellos dos, surgió. Una conexión magnética y potente atrajo su mirada directamente a lo que, sin ella saberlo, había deseado por tanto tiempo.


Casi le dolían los ojos de mirarlo.
Un céntimo, porque era pobre.
Un libro. Giro argumental inesperado de la historia, somos conscientes de ello.
Pero no era un libro cualquiera. Era EL libro. Sueños, se llamaba. Sí que no soñaba desde hacía un tiempo, pensó. Quizá, con ese libro, le entrarían las ganas de dormir. Quizá, con ese libro, le entrarían las ganas de volver a soñar. Así que se acercó a él, cautelosamente, cual cazador busca un lugar perfecto para matar a su presa. Sin embargo, ya había otra chica enfrente de ese libro, a punto de cogerlo, así que Nadine tenía que actuar rápido. Se preparó, esperó, y finalmente...


-Quieta ahí, forastera -dijo.
O eso creyó hacer dentro de su mente, pero una representación de cómo estaba físicamente sería de la manera que os mostraremos a continuación:


-¿Perdona, me dejas pasar? -susurró. Sin embargo, la chica no hizo señas de haberla escuchado.
Así que Nadine respiró hondo, notando cómo las lágrimas estaban a punto de caer por sus mejillas, y esperó en una silla sentada a que el sitio se despejara un poco.
De repente, vio una copia cerca suya, y comprendió que era su oportunidad: ahora o nunca.


Así que se lanzó a por esa copia, antes de que fuera tarde.
Ahora que lo tenía en sus manos, leyó su sinopsis, provocando que casi llorara de la felicidad. Ese libro tenía algo especial, lo notaba. Y lo que estaba sintiendo, era la felicidad.
Entonces llegó su madre.


El último reto al que debía enfrentarse. Pagar o robar no pagar el libro.
Tras una larga historia explicándole cómo había sido el proceso en conseguir dicho libro, y explicarle por qué era tan especial y cómo este podía ser su regalo de Navidad, su madre respiró hondo, miró hacia ella y le dijo:



No hizo falta más. Solo una palabra era suficiente para derrumbar su mundo.


"...No" -susurró Nadine, tratando de asimilarlo.
Así que giró hacia su abuela, desesperada, intentando buscar una señal de apoyo, la cual decidiera comprarle el libro y ser la heroína de la historia.



Nadine se derrumbó entre las estanterías.


"...No" -susurró Nadine, tratando de asimilarlo.
Sin embargo, consiguió hacer un trato con el diablo, a cambio de su alma con hablo en serio, el diablo su madre, y quedaron en que lo compraría si Nadine le devolvía el dinero en cuanto llegaran a casa. Nadine, sin pensárselo dos veces, (en realidad sí que se lo pensó, porque es una agarrada con el dinero, pero Nadine no quería que escribiésemos tal cosa sobre ella en esta historia) accedió. Y corrió hasta la primera dependienta que vio para que le cobrase el libro.

Hasta la fecha, Nadine no ha sido capaz de devolverle el dinero a su madre, que es por lo cual vive ahora en las calles.

Fin.

Así que sí, noté una conexión inmediatamente con este libro. Y tras echar un vistazo rápido a su página en Goodreads, vi que también tenía bastante buena puntuación, así que finalmente me lo pude llevar a casa.


Ahora sí, pasemos a la reseña de verdad.

El libro trata de Dea, una chica que posee un don o una maldición según cómo se mire: puede caminar por los sueños de otras personas. Es más, más que poder es que necesita hacerlo, pues si no se debilita y enferma, al igual que su madre, que también posee tal condición. 
Sin embargo, según la madre de Dea le ha recordado siempre, existen tres reglas a seguir cada vez que camina por el sueño de alguien:

1. No entres en el sueño de una misma persona más de una vez.
2. No interfieras en absolutamente nada.
3. Y, sobre todo, no te dejes ver.

Si Dea rompe cualquiera de esas normas, los monstruos irán a por ella. Así que siempre ha seguido al pie de la letra tales reglas, y desde su infancia cada corto tiempo ha tenido que mudarse con su madre a un lugar nuevo, sin estar segura nunca de por qué.
Un día, ya establecida en un lugar llamado Fielding desde hace un tiempo, llega un chico nuevo y muy simpático: Connor, del cual se hace amiga muy rápidamente, pese a los problemas que tiene con la gente de alrededor en general debido a los rumores de que su madre está loca por tener la casa llena de relojes y demás. 
Así que Dea rompe las normas. Visita a Connor en sus sueños, y más de dos veces, además de interferir en ellos aunque muy discretamente. Sin embargo, pronto se verá inmersa en las consecuencias por haber roto dichas normas, al igual que descubrirá cosas sobre su pasado y, quizá, el oscuro secreto que Connor parece guardar sobre su pasado.

Dea es un personaje que a ratos me caía bien y a otros notaba como que le hacía falta un buen bofetón para que se le pasase tanta tontería. Vamos a ver. Al principio me cayó bien, sobre todo cuando le tocaba socializar con otras personas, pues era bastante torpe y le costaba sacar temas de conversación, lo cual provocaba algunos silencios incómodos o incluso respuestas algo bordes sin quererlo realmente. Y eso me encantó, porque mientras que algunos personajes dicen ser tímidos, no tienen realmente problemas en sacar temas o directamente hablar con cualquier personaje como si nada, véase Medianoche (Claudia Gray) pero Dea sí que lo parecía más que cualquier personaje que me llegue a la memoria ahora mismo, aunque solo fuera al principio. Así que me sentí muy identificada en ese aspecto con ella, lo cual fue un gran punto positivo a su favor.


Me sentía tan identificada que hasta era deprimente, vaya.
Eso fue todo lo positivo que le vi. Fue un gran punto positivo, pero al fin y al cabo solo fue uno.
En cuanto a lo negativo: en primer lugar, algo que me hizo tanta gracia e irritó que me dieron ganas de darle el primer bofetón. Hay un momento al principio de la historia en el que ella misma admite que nunca se ha metido en los sueños de su única amiga, Gollum. (Sí, Gollum). ¿Por qué? Porque eso estaría mal, sería invadir su privacidad y no quería hacerle eso a su amiga. Sin embargo, decide meterse en los sueños de Connor sin pensárselo dos veces, porque
 ¡qué más da Connor! ¡Para qué respetar la privacidad de su otro amigo, para qué!


Mira yo ya...

Así me imaginaba a Dea cuando tomó esa decisión.
Por otra parte, hubieron momentos (sobre todo uno muy evidente, probablemente entenderéis a que me refiero si os habéis leído el libro) en los que Dea me pareció muy inmadura. Montaba grandes números por cosas que tampoco merecían tal cosa. ¡Parecía una endemoniada niña pequeña! Yo era la madre y le daba un par de bofetones hasta que se le pasase tanta tontería.  SPOILER Quiero decir, ¿en serio era necesario poner su casa patas arriba e incluso escribir en la pared por lo que la madre le había ordenado? ¡Venga ya! FIN DEL SPOILER.


¡Hombre ya, ni que fuera una cría de ocho años!
Por otra parte, había veces que me daba la sensación de que apenas movía un dedo para ayudar a alguien que estuviera en peligro. Es decir, Dea no tenía ni idea de qué podría estar pasando, pero, ¡qué mas daba! Ya lo solucionaría, si eso. Después de comer, si tal.


Así me la imaginaba a veces, ¡parecía que estaba esperando a que alguien la ayudase!
¿Había pasado ya suficiente tiempo desde cualquier incidente y era hora de actuar? Mmmh, sí, quizá sería hora de actuar, pero primero ¿por qué no se dedicaba a pensar un ratito de Connor? A ver, las prioridades son prioridades, ¿entendéis?


Esta es una perfecta metáfora que define a los problemas y cómo Dea actuaba para resolverlos.
Casi como si no pudiera arreglar por su cuenta el más mínimo problema.


Ella era Dea, ya se solucionarían los problemas.
Aunque a saber cómo.
Por otra parte está Connor. Connor me cayó bien, me gustaba que fuera tan sonriente y simpático, pero tampoco es que me enamorara. Ni lo odié ni me encantó, estaba bien.
Y Gollum, la única amiga de Dea, me resultó bastante indiferente. El único personaje que me hubiera gustado que se profundizara es Miriam, la madre de Dea, pues a pesar de que Dea no para de hablar de ella y más concretamente sobre sus fallos durante todo el libro (lo cual llega a ser un poco cansino por su parte), tampoco es que salga tanto en la novela. Lo único que pude comprobar de ella "personalmente", por así decirlo, y que me molestó muchísimo fue lo siguiente: 1. Es una drama queen; y 2. ¿A qué viene tanto misterio sin sentido alguno? La madre de Dea no le dejaba poseer espejos ni meterse en el agua, ¡y ni siquiera le explicaba por qué! Solo le repetía que lo entendería años más tarde, pero, ¿qué maldito problema había en contárselo directamente desde el principio? ¡Ninguno! ¡Hasta podría haber evitado tanto drama! Pero, ¡no! Tenía que ser algo misterioso, Dea no podía saber nada de nada, ni siquiera por qué los monstruos podrían ir a por ella si rompía las normas que Miriam le había impuesto. ¿Por qué? ¡Quién sabe! Así me imaginaba a la madre cada vez que le decía que no podía tener espejos y yo me preguntaba por qué:



Y otra cosa, ¡¿cómo demonios, durante sus 17 años de vida, Dea no le ha preguntado ni una sola vez nada sobre los sueños a su madre?! Sobre por qué es así y los demás no, o sobre por qué tiene que seguir tales reglas. ¡¿Nunca, en serio?!


¡ME ESTRESO, POR DIOS, ME ESTRESO!
Pero bueno, la novela en general me enganchó, sobre todo la primera mitad, me sumergía de tal forma en las escenas que no había quien que me separase del libro. ¡Me estaba gustando tanto que pensé que incluso se podría convertir en uno de mis nuevos libros favoritos! Pero, entonces... Entonces llegó la segunda mitad del libro. Sobre todo cuando se acercaba el final, todo empezó a desmoronarse. SPOILER Quiero decir, ¿por dónde empiezo? ¿Por qué demonio quiso escapar la madre del mundo onírico, donde además era reina? ¿Por qué escapó de su marido? ¿Por qué nunca quiso hablarle a Dea de su padre, qué importaba? ¿Por qué no dejó que lo conociera en algún momento, por qué hizo que rompiera todo contacto con él, llegando al punto de no conocerlo siquiera? ¿Por qué tanto misterio con todo, si al final ni siquiera se explica? ¿Qué guerra se avecinaba? ¿Contra quién? Ya de por sí no estoy segura de haber entendido bien ese mundo onírico, pero ¿cómo de grande era? ¿Habían otras tierras o algo así? ¿Por qué Miriam quería derrocar al rey? Y de las preguntas que se me pasaron por la cabeza y la que más me enfadó: ¿por qué la madre actuaba como si estuviera aterrorizada perdida en los espejos, y cuando Dea llegó, estaba absolutamente tranquila y contenta de que Dea hubiera llegado, como si fuera un día casual? ¡¿Por qué demonios tanta exageración y tanta drama queen, por el amor de #@~#"¬@11djnsfhdighd?! Ah, y dos cosas más, la primera: tanto rollo de que ellas dos no podían soñar, y entonces la madre dice que sí, que una vez soñó con una mujer embarazada o algo así. Claro. Lo entiendo, por supuesto. La segunda: ¿entonces todas las personas del mundo onírico poseen un cuerpo, tal y como lo dijo el acompañante de Dea en el mundo de los sueños, o todos tienen que poseer uno, como hizo Miriam? ¿Y por qué el rey, o cualquier sirviente, simplemente no adoptó cualquier cuerpo y se le acercó a ella para llevarla más rápidamente al mundo de los sueños? O simplemente, si lo único que quería el padre era conocerla, adoptar un cuerpo e ir adonde se encontraba ella una vez localizada su posición. En fin... FIN DEL SPOILER.

Así comencé yo cuando veía las novedades que se le estaban añadiendo a la novela.
Creo que no se manejó bien todo esto del mundo onírico, por llamarle de alguna manera. Cuando empecé a leer el libro recuerdo que me pareció genial, de hecho estaba deseando que profundizara más sobre los sueños y todo ese concepto. Sin embargo, ¡lo único que hizo fue comenzar a meter términos y más términos sin explicarlos siquiera!


Yo aquí encantada de la vida al darme cuenta de lo que estaba pasando.
Con ello, la sensación que me daba era que escribía un montón de novedades casi metidas a calzador para poder acabar rápidamente con la historia. Construía cosas que en mi opinión no terminaban de tener sentido, y si ya por eso me daba rabia, más lo hacía el hecho de que los mismos personajes se hicieran preguntas pero no las dijeran en voz alta, como Dea, por ejemplo.


Y yo pensando que quizá las respuestas se explicarían más tarde, ¿sabéis?
Entonces Dea se hacía otra pregunta lógica mentalmente, que tenía que ver con el tema y el cual podría dar paso a una explicación de lo que estuviese pasando, pero de su boca salía otra que no tenía nada que ver con ello.


Y yo intentando respirar hondo y mantener la calma.
Entonces Dea volvía a hacer lo mismo dos páginas más tarde. Se preguntaba algo mentalmente que tenía sentido, y yo me hacía ilusiones al respecto. Y entonces desechaba la pregunta y soltaba otra totalmente distinta.


En. Cada. Maldita. Situación. MÍNIMAMENTE IMPORTANTE.
Y llegó un momento en el que ya yo no podía más. Así que a la tercera vez que un personaje hacía lo mismo (que Dea no era siempre la que lo hacía)...


Me daban ganas de meterme dentro del libro solo para poder hacer esto.
Pero, repito, lo que más me dio rabia no fue esto, fue el hecho de que el autor creara muchísimas cosas nuevas e incluyera nuevos términos y ni siquiera se molestara a explicar detenidamente lo que estaba haciendo. Creo que no se supo realmente manejar el final, empeorándolo todo y destrozando lo que me estaba pareciendo un gran libro, y con ello, el amor que estaba sintiendo por él. Además, para ser un libro autoconclusivo, ¡dejó muchísimas preguntas al aire, muchísimos hilos sueltos!
De hecho, mis reacciones a lo largo del libro fueron estas:


Al principio, esta, al ver lo mucho que me estaba gustando y enganchando.
Así cada vez que Dea se comportaba de una manera inmadura.


Y así sobre la mitad-final. 
Entonces cerraba el libro y decidía tomarme un descanso, calmarme, y cogerlo de nuevo más tarde.


Lo abría, encontraba otra nueva situación que no tenía sentido, y tenía que volver ir a sentarme y calmarme.
Y cuando por fin me decidía a darle una última oportunidad (en la cual me forcé a acabar el libro), estaba tal que así:


¡ESTABA YENDO TAN BIEN! ¡ME ESTABA GUSTANDO TANTO! ¡¿QUÉ NECESIDAD HABÍA DE CAGARLA?! ¿¿¿QUÉ NECESIDAD???
Pero oh, lectores míos, todavía me queda algo más que comentar. Algo horrible, que fue la gota que colmó el vaso, aunque quizá la última de las cosas más negativas, pues la culpa no la tenía el autor...


La ortografía.
A ver, dejadme un momento, por favor, que no voy a poder escribir esta parte de la reseña como no me calme.


Bien, ya está. Vamos allá.
¡¿PARA QUÉ DEMONIOS EXISTEN LOS CORRECTORES?! ¡¿PARA QUÉ?! ¡QUÉ MÁS DA RELEERLO ALGUNA QUE OTRA VEZ!, ¡QUÉ MÁS DA! ¿PARA QUÉ EXISTEN  LOS CORRECTORES? ¡PARA NADA! AJAJAJA ¡¡PARA NADA!!


Bueno, ya está. Eso era todo lo que quería comentar. Gracias por estar ahí para escuchar (o mejor dicho, leer) atentamente lo que tenía que decir, por dejar que me desahogara.
...


HABÍAN MILES DE LAÍSMOS, PALABRAS QUE SE COMÍAN, ALGUNAS QUE CAMBIABAN POR OTRAS, ¡UN CAOS SIN FIN! ¿¿¿PARA QUÉ ESTÁN LOS MALDITOS CORRECTORES???
De hecho, voy a poner un ejemplo que me cabreó tanto que casi me empiezo a reír de manera descontrolada. Incluso voy a decorar la cita poniéndole un recuadro superbonito y todo, para que lo podamos contemplar en todo su esplendor. Vamos a darle ambiente, incluso. Os recomiendo que pongáis la canción de Titanic de fondo, para darle emoción. Mirad, incluso os dejo el vídeo abajo para que no tengáis que abrir otra pestaña y buscar la canción. La pereza, lo entiendo perfectamente, no os preocupéis.



"La verdad es dura -dijo Dura, repitiendo conscientemente las palabras que Kate le había dicho a ella".


No puedo. Es que no puedo. Ahora la protagonista se llama Dura.
Me pregunto si el corrector (o los correctores) estaba medio dormido cuando estaba revisando el libro...
Sin embargo, este es uno de los pocos libros que sí me gustaría ver en el cine, tan solo por los monstruos que habían, que creo que quedaría muy bien en pantalla. A no ser que pongan efectos especiales cutres como cierta serie que vi hace un tiempo...
En fin, vuelta a lo anterior, me estaba gustando tanto Sueños, Anderson, ¡pero tanto! Solo una pregunta...



Nada más que añadir. :'(

Y vosotros, ¿os habéis leído el libro? ¿Os ha gustado o estáis igual de frustrados que yo? Si no, ¿os llama la atención? ¡Contadme!
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