Título: Sueños.
Autor: Robert L. Anderson.
Saga: Autoconclusivo.
Editorial: Oz Editorial.
Páginas: 344.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Adaptación Cinematográfica: No. ¡Ojalá!
Sinopsis: ¿QUÉ ES SUEÑO?
¿QUÉ ES REALIDAD?
Dea esconde un gran secreto: puede viajar y adentrarse en los sueños de la gente. Pero en el mundo de los sueños existen tres reglas:
1. No debes interferir.
2. No puedes entrar más de una vez en los sueños de la misma persona.
3. Nunca, jamás, debes dejarte ver.
Si no las cumples, los monstruos irán a por ti.
Dea siempre ha cumplido estas normas. Hasta que aparece Connor, un enigmático chico por el que está dispuesta a saltarse todas las reglas. Pero desobedecer tiene sus consecuencias. Aunque lo hagas por amor.
Bien... Va a ser duro tener que escribir esta reseña, pero... |
No sé cómo sentirme con respecto a este libro. Bueno, a decir verdad sí que lo sé, me siento mal. ¡Me estaba gustando tanto, pero tanto! Hacía tiempo que no me enganchaba tanto a un libro. Me levantaba con ganas de leer, me pasaba la tarde leyendo y cuando iba siendo de noche, no podía esperar a tumbarme en la cama y poder seguir leyendo. Y de repente...
The horror... |
Bien, empecemos. |
Nadine miró a la nada, dubitativa. Quizá ese día, merodeando por las estanterías de la sección de libros, podría encontrar algo que llamase su atención, pero, por otra parte, ¿realmente tenía ganas de levantarse de la cama? No. La respuesta siempre solía ser no. Pero aquel día era diferente, lo notaba en el ambiente.
"Además, con suerte, al papá noel que suele pasearse por los pasillos del lugar se le cae la bolsa de los caramelos y puedo atrapar alguno", pensó, esperanzada, con un nuevo brillo en sus ojos.
Así que asintió. |
Su madre no dijo nada, señal de que lo había entendido. A continuación, colocó una almohada suavemente sobre el rostro de Nadine y eJERCIÓ FUERZA Y MÁS FUERZA HASTA QUE CASI ACABA CON LA VIDA DE NADINE: ESPERÓ A SENTIR SU ÚLTIMO ALIENTO, SINTIENDO CÓMO NADINE NO PODÍA HACER NADA AL RESPECTO POR MUCHO QUE PATALEASE E HICIERA LO POSIBLE POR ESCAPAR.
Pero como se supone que esta es una versión que debe ser más educativa por los posibles jóvenes lectores, lo resumiremos en una larga y fulminante mirada. Solo eso.
Una larga y horrible mirada, pudiéndose observar la furia y el veneno en sus ojos, lAS GANAS DE COGER UNA ALMOHADA Y |
¡Venga, que solo estoy de coña! |
"¿Dónde está mi chica? ¡Ahí estáaaa!", se decía a sí misma, llorando por dentro. |
Pero Nadine ya hacía rato que se había ido, directa a la sección de libros. |
Una vez allí, decidió compartir ese gran hobbie suyo de observar estanterías de librerías y llorar por no tener suficiente dinero con un poco de música.
En efecto, algunos la miraban raro. |
Casi le dolían los ojos de mirarlo. |
Un libro. Giro argumental inesperado de la historia, somos conscientes de ello.
Pero no era un libro cualquiera. Era EL libro. Sueños, se llamaba. Sí que no soñaba desde hacía un tiempo, pensó.
-Quieta ahí, forastera -dijo. |
-¿Perdona, me dejas pasar? -susurró. Sin embargo, la chica no hizo señas de haberla escuchado. |
Así que Nadine respiró hondo, notando cómo las lágrimas estaban a punto de caer por sus mejillas, y esperó en una silla sentada a que el sitio se despejara un poco. |
Así que se lanzó a por esa copia, antes de que fuera tarde. |
Entonces llegó su madre.
El último reto al que debía enfrentarse. Pagar o |
No hizo falta más. Solo una palabra era suficiente para derrumbar su mundo.
"...No" -susurró Nadine, tratando de asimilarlo. |
Nadine se derrumbó entre las estanterías.
"...No" -susurró Nadine, tratando de asimilarlo. |
Sin embargo, consiguió hacer un trato con el diablo, a cambio de su alma con hablo en serio, el diablo su madre, y quedaron en que lo compraría si Nadine le devolvía el dinero en cuanto llegaran a casa. Nadine, sin pensárselo dos veces, (en realidad sí que se lo pensó, porque es una agarrada con el dinero, pero Nadine no quería que escribiésemos tal cosa sobre ella en esta historia) accedió. Y corrió hasta la primera dependienta que vio para que le cobrase el libro.
Hasta la fecha, Nadine no ha sido capaz de devolverle el dinero a su madre, que es por lo cual vive ahora en las calles. |
Fin.
Así que sí, noté una conexión inmediatamente con este libro. Y tras echar un vistazo rápido a su página en Goodreads, vi que también tenía bastante buena puntuación, así que finalmente me lo pude llevar a casa.
Ahora sí, pasemos a la reseña de verdad. |
El libro trata de Dea, una chica que posee un don o una maldición según cómo se mire: puede caminar por los sueños de otras personas. Es más, más que poder es que necesita hacerlo, pues si no se debilita y enferma, al igual que su madre, que también posee tal condición.
Sin embargo, según la madre de Dea le ha recordado siempre, existen tres reglas a seguir cada vez que camina por el sueño de alguien:
1. No entres en el sueño de una misma persona más de una vez.
2. No interfieras en absolutamente nada.
3. Y, sobre todo, no te dejes ver.
Si Dea rompe cualquiera de esas normas, los monstruos irán a por ella. Así que siempre ha seguido al pie de la letra tales reglas, y desde su infancia cada corto tiempo ha tenido que mudarse con su madre a un lugar nuevo, sin estar segura nunca de por qué.
Un día, ya establecida en un lugar llamado Fielding desde hace un tiempo, llega un chico nuevo y muy simpático: Connor, del cual se hace amiga muy rápidamente, pese a los problemas que tiene con la gente de alrededor en general debido a los rumores de que su madre está loca por tener la casa llena de relojes y demás.
Así que Dea rompe las normas. Visita a Connor en sus sueños, y más de dos veces, además de interferir en ellos aunque muy discretamente. Sin embargo, pronto se verá inmersa en las consecuencias por haber roto dichas normas, al igual que descubrirá cosas sobre su pasado y, quizá, el oscuro secreto que Connor parece guardar sobre su pasado.
Dea es un personaje que a ratos me caía bien y a otros notaba como que le hacía falta un buen bofetón para que se le pasase tanta tontería. Vamos a ver. Al principio me cayó bien, sobre todo cuando le tocaba socializar con otras personas, pues era bastante torpe y le costaba sacar temas de conversación, lo cual provocaba algunos silencios incómodos o incluso respuestas algo bordes sin quererlo realmente. Y eso me encantó, porque mientras que algunos personajes dicen ser tímidos, no tienen realmente problemas en sacar temas o directamente hablar con cualquier personaje como si nada,
Me sentía tan identificada que hasta era deprimente, vaya. |
En cuanto a lo negativo: en primer lugar, algo que me hizo tanta gracia e irritó que me dieron ganas de darle el primer bofetón. Hay un momento al principio de la historia en el que ella misma admite que nunca se ha metido en los sueños de su única amiga, Gollum. (Sí, Gollum). ¿Por qué? Porque eso estaría mal, sería invadir su privacidad y no quería hacerle eso a su amiga. Sin embargo, decide meterse en los sueños de Connor sin pensárselo dos veces, porque ¡qué más da Connor! ¡Para qué respetar la privacidad de su otro amigo, para qué!
Mira yo ya... |
Así me imaginaba a Dea cuando tomó esa decisión. |
¡Hombre ya, ni que fuera una cría de ocho años! |
Así me la imaginaba a veces, ¡parecía que estaba esperando a que alguien la ayudase! |
Esta es una perfecta metáfora que define a los problemas y cómo Dea actuaba para resolverlos. |
Ella era Dea, ya se solucionarían los problemas. |
Y Gollum, la única amiga de Dea, me resultó bastante indiferente. El único personaje que me hubiera gustado que se profundizara es Miriam, la madre de Dea, pues a pesar de que Dea no para de hablar de ella y más concretamente sobre sus fallos durante todo el libro (lo cual llega a ser un poco cansino por su parte), tampoco es que salga tanto en la novela. Lo único que pude comprobar de ella "personalmente", por así decirlo, y que me molestó muchísimo fue lo siguiente: 1. Es una drama queen; y 2. ¿A qué viene tanto misterio sin sentido alguno? La madre de Dea no le dejaba poseer espejos ni meterse en el agua, ¡y ni siquiera le explicaba por qué! Solo le repetía que lo entendería años más tarde, pero, ¿qué maldito problema había en contárselo directamente desde el principio? ¡Ninguno! ¡Hasta podría haber evitado tanto drama! Pero, ¡no! Tenía que ser algo misterioso, Dea no podía saber nada de nada, ni siquiera por qué los monstruos podrían ir a por ella si rompía las normas que Miriam le había impuesto. ¿Por qué? ¡Quién sabe! Así me imaginaba a la madre cada vez que le decía que no podía tener espejos y yo me preguntaba por qué:
Y otra cosa, ¡¿cómo demonios, durante sus 17 años de vida, Dea no le ha preguntado ni una sola vez nada sobre los sueños a su madre?! Sobre por qué es así y los demás no, o sobre por qué tiene que seguir tales reglas. ¡¿Nunca, en serio?!
¡ME ESTRESO, POR DIOS, ME ESTRESO! |
Así comencé yo cuando veía las novedades que se le estaban añadiendo a la novela. |
Yo aquí encantada de la vida al darme cuenta de lo que estaba pasando. |
Y yo pensando que quizá las respuestas se explicarían más tarde, ¿sabéis? |
Y yo intentando respirar hondo y mantener la calma. |
En. Cada. Maldita. Situación. MÍNIMAMENTE IMPORTANTE. |
Me daban ganas de meterme dentro del libro solo para poder hacer esto. |
De hecho, mis reacciones a lo largo del libro fueron estas:
Al principio, esta, al ver lo mucho que me estaba gustando y enganchando. |
Así cada vez que Dea se comportaba de una manera inmadura. |
Y así sobre la mitad-final. |
Lo abría, encontraba otra nueva situación que no tenía sentido, y tenía que volver ir a sentarme y calmarme. |
¡ESTABA YENDO TAN BIEN! ¡ME ESTABA GUSTANDO TANTO! ¡¿QUÉ NECESIDAD HABÍA DE CAGARLA?! ¿¿¿QUÉ NECESIDAD??? |
La ortografía. |
Bien, ya está. Vamos allá. |
Bueno, ya está. Eso era todo lo que quería comentar. Gracias por estar ahí para escuchar (o mejor dicho, leer) atentamente lo que tenía que decir, por dejar que me desahogara. |
...
HABÍAN MILES DE LAÍSMOS, PALABRAS QUE SE COMÍAN, ALGUNAS QUE CAMBIABAN POR OTRAS, ¡UN CAOS SIN FIN! ¿¿¿PARA QUÉ ESTÁN LOS MALDITOS CORRECTORES???
De hecho, voy a poner un ejemplo que me cabreó tanto que casi me empiezo a reír de manera descontrolada. Incluso voy a decorar la cita poniéndole un recuadro superbonito y todo, para que lo podamos contemplar en todo su esplendor. Vamos a darle ambiente, incluso. Os recomiendo que pongáis la canción de Titanic de fondo, para darle emoción. Mirad, incluso os dejo el vídeo abajo para que no tengáis que abrir otra pestaña y buscar la canción.La pereza, lo entiendo perfectamente, no os preocupéis.
De hecho, voy a poner un ejemplo que me cabreó tanto que casi me empiezo a reír de manera descontrolada. Incluso voy a decorar la cita poniéndole un recuadro superbonito y todo, para que lo podamos contemplar en todo su esplendor. Vamos a darle ambiente, incluso. Os recomiendo que pongáis la canción de Titanic de fondo, para darle emoción. Mirad, incluso os dejo el vídeo abajo para que no tengáis que abrir otra pestaña y buscar la canción.
"La verdad es dura -dijo Dura, repitiendo conscientemente las palabras que Kate le había dicho a ella".
No puedo. Es que no puedo. Ahora la protagonista se llama Dura. |
Me pregunto si el corrector (o los correctores) estaba medio dormido cuando estaba revisando el libro... |
En fin, vuelta a lo anterior, me estaba gustando tanto Sueños, Anderson, ¡pero tanto! Solo una pregunta...